Por: Sandra Guerrero / @SamiGuevlez
Tras el anuncio del gobierno nacional de volver a la aspersión aérea con glifosato en su lucha contra la droga y el delito y como una especie de prolongación del Plan Colombia, el Consejo Nacional de Estupefacientes, CNE, unidad adscrita al Ministerio de Justicia, entró esta semana a estudiar de manera pormenorizada el decreto 380 del 2021 sancionado por Duque hace apenas tres días, el decálogo normativo dictamina las zonas a intervenir, técnicas de aspersión y erradicación, señala a los operadores del proceso en terreno siendo la Dirección Antinarcóticos de la Policía Nacional la que llevará el esfuerzo principal en dicha labor.
Ver decreto: https://dapre.presidencia.gov.co/normativa/normativa/DECRETO%20380%20DEL%2012%20DE%20ABRIL%20DE%202021.pdf
El decreto plantea como meta la erradicación de 130.000 hectáreas de cultivos ilícitos (coca y marihuana) mediante tres métodos, todos viejos y poco efectivos, como lo son: aspersión aérea, erradicación manual y sustitución voluntaria de cultivos, siendo este último el peor de todos, esto si se tiene en cuenta que durante 2019 y 2020 la meta no se cumplió y las familias pertenecientes al Programa Nacional de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito, PNIS, no recibieron la compensación económica pactada al ingresar al programa y los que la percibieron tuvieron montos menores a los proyectados.
Algo claro y contundente es que el país volvió a cifras altísimas en materia de cultivos de uso ilícito, como también lo es el hecho de que el gobierno de Duque, apretó tornillos al interior de su gabinete y bancada de gobierno, hizo ingentes esfuerzos para que el Embajador de Colombia en EE.UU el año pasado durante el gobierno Donald Trump hiciera un lobby tan grande que lograra convencer a éste para que no descertificara a Colombia en la lucha contra las drogas y de paso, no apareciéramos en la penosa lista negra de países que debido a su normatividad interna y ámbito operacional “permiten o fomentan” las drogas en su territorio.
Ahora bien, con la implementación de esta política, ganan de manera exponencial las empresas extranjeras productoras y distribuidores del herbicida, para el caso en mención, son indiscutibles los réditos que Monsanto productora y distribuidora de Roundup, mejor conocido como glifosato tendrá. También lo harán los operadores privados de aeronaves con las que se hará la aspersión y el personal técnico contratado para el proceso, en otras palabras EE. UU no descertifica al país, pero a cambio la mayor parte del dinero otorgado por ese país debe ser retornado a través de la inversión directa y contratación exclusiva de empresas norteamericanas. ¡Basta con ver las declaraciones del ministro de Defensa, Diego Molano, para que propios y extranjeros crean que esto de la aspersión con glifosato es lo último en guaracha! Ver video:
Lo Bueno:
La aspersión aérea está contemplada en seis macro zonas del país, identificadas como áreas claves para el cultivo y producción de estupefacientes, haciendo con ello que el plan sea focalizado y su potencial logístico, operativo y legal, esta vez más eficiente y asertivo que épocas pasadas.
Zona 1: Meta, Guaviare y Vichada.
Zona 2: Caquetá y Putumayo.
Zona 3: Cauca y Nariño.
Zona 4: Antioquia, Bolívar, Córdoba y Santander.
Zona 5: Norte de Santander – Zona del Catatumbo (Destacada como la zona con más cultivos)
Zona 6: Chocó y Valle del Cauca.
En todos los 14 departamentos hay presencia de grupos armados al margen de la ley y algunos de sus territorios tienen campos minados.
Sumado a esto, está la inclusión de equipos de rastreo y georeferenciación satelital de cuarta generación (Inteligencia artificial) que darán mayor precisión, los cuales se acoplan a programas especiales que tienen los aviones AirTractor -AT802 de la Policía, dispuestos para tal fin.
Lo Malo:
El Consejo Nacional de Estupefacientes, CNE, integrado por nueve entidades y sus respectivos delegados en su mayoría de la línea del gobierno, serán los encargados de hacer las pruebas necesarias para brindar el proceso de aspersión de impactos negativos en la salud de los habitantes de las zonas asperjadas e impacto ambiental, y tomar la decisión de aceptar o no lo dispuesto por el gobierno, en otras palabras, serán juez y parte.
Aquí están las entidades que conforman el CNE:
1- El Ministro o el Viceministro de Justicia.
2- El Ministro o el Viceministro de Salud.
3- El Ministro o Viceministro de Educación Nacional.
4- El Ministro o Viceministro de Agricultura.
5- El Procurador General de la Nación o el Procurador Delegado para la Policía Judicial.
6- El jefe del Departamento Administrativo de Seguridad o el jefe de la División de Policía Judicial del mismo.
7- El Director General de la Policía Nacional o el Director de Policía Judicial e Investigación (Dijín).
8- El Director General de Aduanas o su delegado.
9- El jefe del Departamento Administrativo de la Aeronáutica Civil o su delegado.
Lo Feo:
En Colombia el glifosato se ha utilizado desde 1972, primero se hizo para atacar la maleza agrícola que el da al arroz, caña de azúcar y maíz; en 1984 durante la presidencia de Belisario Betancur se autorizó asperjar con este herbicida para eliminar los cultivos de marihuana.
En la actualidad la fórmula usada para erradicar una hectárea de coca es la siguiente: 1,4 litros de glifosato, 13 litros de agua más 0,25 litros de adherente cosmoflux, es decir un coste ambiental terrible, si lo vemos sólo desde la utilización de recursos no renovables como el agua.
Por otro lado, según el exdirector de la Policía Nacional y exvicepresidente de la República, Óscar Naranjo, desde 1999 y hasta 2015 en Colombia se erradicaron 1.800.000 hectáreas de coca, eso significa que se han asperjado 18.720.000 litros de glifosato, para que tengan una idea más clara, esa cifra equivale a 7.5 piscinas olímpicas de puro veneno derramado sobre la tierrita.
Como cereza del pastel de adversidades, en los múltiples ensayos e investigaciones que demuestran los efectos colaterales del glifosato sobre la salud pública, demuestra que: acelera la muerte celular, potencia la generación de estrógenos asociados al cáncer de mama, afecta los fetos en roedores y genera estrés oxidativo.
Es decir, la cura resulta peor que la enfermedad, pero como esta condición no la van a vivir los inquilinos de la Casa de Nariño o el Congreso, todo bien, esta es una excelente idea, dicen los filipichines de corbata y trajes de paño que de manera conveniente se acomodan a los intereses de cierto señor de carriel y sombrero tan amigo de las multinacionales.