Las comunidades indígenas del oriente del Cauca, especialmente en el Resguardo de Coconuco, se encuentran en estado de emergencia debido a las afectaciones causadas por la actividad volcánica de la cadena Los Coconucos. La emisión de ceniza del volcán Curiquinga ha generado pérdidas significativas en sectores clave como la agricultura, la ganadería y el acceso a servicios básicos.
El gobernador indígena Willinton Tote informó sobre la pérdida total de actividad ganadera, así como la afectación de cultivos de papa, fresa y trucha arcoíris, que representan una parte esencial de la economía local. Estas afectaciones impactan directamente a más de seis mil comuneros y han resultado en la pérdida de 38 mil litros de leche y 20 mil bultos de papa.
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Ante esta situación, las autoridades indígenas han solicitado al Estado la adquisición de tierras adicionales a través de la Agencia Nacional de Tierras. Este plan busca garantizar espacios seguros para la reubicación de las comunidades en caso de emergencias mayores, priorizando la seguridad territorial, ambiental y social de los habitantes.
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Por su parte, la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo informó que cerca de 17 mil personas en Puracé enfrentan dificultades en el acceso a agua potable, servicios de salud y apoyo agropecuario. A pesar de las afectaciones, el Servicio Geológico Colombiano mantiene en nivel amarillo la alerta volcánica, indicando que las condiciones están bajo monitoreo constante.
En Popayán, las actividades educativas han vuelto a la normalidad, lo que refleja un panorama controlado en otras áreas del departamento. Mientras tanto, las autoridades locales y las comunidades continúan trabajando en conjunto para gestionar la emergencia y mitigar sus efectos.
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