Las familias indígenas de la zona rural de Toribío, Cauca, viven aterrorizadas debido a los constantes enfrentamientos entre el Ejército Nacional y el frente Dagoberto Ramos, disidencia de las FARC. Los combates, que se intensificaron desde el 29 de septiembre, han sembrado el miedo en varias comunidades, particularmente en las veredas Los Andes y Tacueyó.

Según testimonios de líderes comuneros, los disidentes han recurrido al uso de explosivos artesanales, conocidos como tatucos, sin tener en cuenta el peligro que representan para los civiles. Estos enfrentamientos, que se iniciaron en la tarde del domingo, se extendieron durante el lunes 30 de septiembre, manteniendo a varias familias atrapadas entre las balaceras y explosiones.

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“El terror va en aumento porque es probable que hoy vuelvan a pelear, sin importarles la población civil. Hay mucha tropa en nuestro territorio, y tememos quedar atrapados entre las explosiones y los disparos”, expresaron los habitantes del sector, quienes han difundido videos que muestran la gravedad de la situación.

El brigadier general Federico Mejía, comandante del Ejército en Cauca, indicó que los combates forman parte de un amplio operativo militar para desmantelar las actividades delictivas del grupo armado en la región. Según Mejía, en los últimos meses se han incautado más de 61 toneladas de marihuana, un golpe significativo a las finanzas de esta organización ilegal.

Sin embargo, las comunidades indígenas continúan en alerta, temiendo por su seguridad mientras los enfrentamientos entre las fuerzas militares y las disidencias de las FARC persisten en su territorio.

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