En el corregimiento de El Plateado, Argelia, Cauca, se vivió un momento conmovedor y a la vez polémico cuando los disidentes de las Farc lideraron un minuto de silencio en honor al pequeño Dilán Camilo Erazo Yela. Este acto simbólico fue realizado en medio de la comunidad, tras la trágica muerte del menor durante enfrentamientos entre el Ejército y la fuerza pública.
Alias Giovanny Echeverry, uno de los cabecillas de esta facción armada ilegal, fue quien dirigió el minuto de silencio, agradeciendo a los presentes por rendir homenaje a «un niño inocente, víctima de la guerra absurda». Durante su discurso, Echeverry culpó al Ejército de la muerte del menor, afirmando que la comunidad tenía en su poder parte del explosivo que acabó con la vida de Dilán Camilo.
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Por su parte, el brigadier general Federico Mejía, jefe del comando específico del Cauca, desmintió rotundamente las declaraciones de Echeverry. Mejía señaló que estas actividades son un ejemplo de cómo las comunidades son instrumentalizadas por organizaciones delictivas para sus fines criminales. Según el brigadier general, tiene en su poder fotografías y testimonios de los pobladores de El Plateado que confirman que los disidentes fueron los responsables del lanzamiento del explosivo que causó la muerte del niño.
La situación refleja la complejidad del conflicto en la región, donde las acusaciones cruzadas y la manipulación de la información afectan a las comunidades locales, que son las más perjudicadas en medio de la violencia. Mientras en Popayán los familiares y amigos despiden con dolor a Dilán Camilo Erazo Yela, el debate sobre las responsabilidades y la instrumentalización de las tragedias continúa.
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