«Los vamos a expulsar las veces que sea necesario», dijo un habitante del sector de donde fueron obligados a salir integrantes del Ejército Nacional, en el corregimiento de Playa Rica, municipio de El Tambo, Cauca.
Los campesinos expulsaron a los uniformados de un sitio denominado Tinto Frío, hasta la zona de Costa Nueva, asegurando que no confían en la Fuerza Pública y que se oponen a las labores de erradicación de cultivos.
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Los manifestantes afirman que no defienden el narcotráfico, sino la mata de la que derivan su sustento diario, en una zona históricamente abandonada por el Estado.
Por otra parte, los civiles denunciaron que la presencia militar genera altos riesgos por posibles combates con los grupos armados ilegales.
«Una confrontación con disparos o con explosivos, nos genera peligros, como ya ha pasado en otros casos».
El brigadier general Marco Mayorga, comandante de la Tercera División del Ejército, aseguró que estas prácticas son recurrentes y lamentó que en muchas ocasiones, las comunidades sean instrumentalizadas por los grupos armados.
Según el oficial, en el año 2020 registraron 141 asonadas en Cauca con diferentes connotaciones: contra el sector cañero, para evitar la erradicación de cultivos y laboratorios de drogas, así como para frustrar operaciones militares.