El monumento de Sebastián de Belalcázar fue transportado en un helicóptero del Ejército Nacional desde El Morro de Tulcán hasta el cantón militar de la Tercera División con sede en Popayán.
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Luego del traslado, las dudas empezaron a surgir entre la ciudadanía, y de inmediato, las comunidades Misak, que derribaron la estatua en septiembre del 2020, programaron un nuevo ritual de «limpieza».
El alcalde de Popayán, Juan Carlos López, informó que la evacuación obedece a que se requieren múltiples herramientas para la restauración, y la reparación en El Morro era imposible.
La estatua permanecerá seis meses en el cantón militar, y la decisión de si retorna o no a El Morro sigue en discusión, en la subcomisión creada entre el Gobierno Nacional y las comunidades Misak.